miércoles, 28 de octubre de 2009
"En legítima defensa" - Impresiones
Anoche, hacia las 23:30h, se me acabaron las hojas de la fabulosa exposición que Montse hace del actual panorama social-humano-político (el órden de los factores no altera el producto final) y de lo que personalmente ha vivido estos últimos tiempos.
Estaba tan entusiasmadamente enfrascado en su lectura que me pasé de frenada hasta la contraportada buscando más. Pero no había. Creo que me entró un poco de "mono"...
He de decir que, lo expuesto, yo no lo hubiese escrito mejor (ella ya lo sabe). Causa prima: no sé escribir ni hablar de manera tan clara, diáfana y/o cristalina. Así que me reconfortaré diciendo que suscribo coma a coma, punto a punto, lo que Montse dice.
De mi personal análisis puedo decir que en el libro (casi llamarlo manifiesto, ¿porqué no?) subyace una "mala leche atemperada" que es digna de elogio. No sucede todos los días, y eso ya ha calado en mucha gente.
Por una parte porque, después de la farsa que se encontró Montse al descubrir las entretelas del partido, es bastante normal. A todo ser humano que se precie de serlo le "toca lo que no suena" que le bailen el agua a ritmo de "¿pero-tú-quien-te-has-creido-qué-eres-mona?". Máxime cuando quien tiene la razón es el "bailado". Es como aquel chiste del loco que va contradirección por la autopista. Pero, "sensu contrario", aquí los locos son todos los demás.
Por otra parte, porque, aunque cueste reconocerlo, a cualquiera le duele ver que sus esfuerzos, basados en la más aplastante de las lógicas, el sentido común y la competencia, además de ser tomados a pitorreo por los cuatro que menean el cotarro ("los jefes"), no acaban de cuajar entre quienes se supone son de tu misma cuerda (vamos a tutear para asumir personalmente lo que digo). La asquerosa desafección de aquellos que te dicen: "No te preocupes. Contigo hasta la muerte porque tienes la razón." y que a la hora de pegar el puñetazo encima de la mesa se esconden tras las faldas de "los jefes" y te dejan, literalmente, con el "culo al aire". En "plata", eso jode mucho.
Con estas dos razones de peso, la "mala leche" es consecuencia razonable. El atemperamiento lo añade la calidad humana de quien la excreta.
Aquí tengo que decir que, aunque en algunos aspectos disiento de las posiciones de Montse, casa día me atrae más esa calidad. ¡Qué gustazo comprobar que, para alguien que se mueve en las "altas esferas", la gente de a pie vale más que nada y es el orígen del mundo! ¡Qué del mundo... del Universo entero! Rara avis.
En cuanto al contenido del libro, decir que, estéticamente (o sintácticamente para los puristas) puede crear algún problema de comprensión a quien, sin unos esquemas educativos bien aposentados, se quiera "meter en harina". Imagino (ya dije que yo no tengo ni idea de escribir) que eso se pueda deber a la inmediatez de la translación del habla a la escritura. No lo sé. Lo que sí sé es que cuando oigo hablar (y veo mover las manos) a Montse, me quedo "flipado". El discurso trasladado al papel, para mi, tiene casi la misma connotación. ¿Es eso el carisma?
Así, pues, a leerlo despacito y con atención.
Ideológicamente es impecable. Con el tiempo será objeto de estudio de como decir lo que se piensa sin andarse por las ramas. ¿Apostamos algo?.
El apoyo de conocimientos y la textura didáctica son (otra vez "en plata") acojonantes. El hilado de las ideas y su plasmación temporal, impecables. Así nadie podrá decir, después de leido, que no le ha quedado claro tal o cual argumento. Y mucho menos lo de "Ah! Yo no sabía..."
Para mi hay varios conceptos que están meridianamente expuestos: la obligación, más que necesidad, de obrar en libertad (la que dimana del conocimiento, del sentido común y del procurar el bien común), la imposición de criterios de eficiencia y eficacia (algún día os hablaré de mi método OAER basado en la filosofía de las 2E), la caducidad de un sistema político-social basado en corruptelas, corrupciones y amiguismos, la necesidad de una regeneración basada en el perfeccionamiento de las diferencias unificadoras (en el caso de España, damos por sentado el federalismo asimétrico y no se hunde el mundo, al contrario) y el posicionamiento del ser humano bueno (BUENO he dicho) como "fuente de vida" de toda esa estructura.
Personalmente, hay dos partes que me han impresionado muchísimo. Una casi me hace llorar, y eso es muy difícil en mi caso.
La primera, en el capítulo 2-Grandes esperanzas, "¿Cómo contárselo a un niño?". ¡Impagable! ¡Delicioso ese entreveramiento de las preguntas con los cuentos! Los reflejos shakespearianos en los brillantes ojos del Rey León mientras mira con deleite las Zapatillas Rojas que Scar ambiciona y no obtendrá porque Andersen lo tiene cogido con su correa... (Esto me lo acabo de mixturar yo solito ¡eh!) Ese capítulo es fenomenal y explica muchas cosas con una finura inusitada.
La segunda parte es más seria. Mucho más seria. Es la que me acongojó. En el capítulo 6-Heptálogo del buen gobierno, "De la avaricia a la solidaridad (los invisibles)".
Un retrato de mi familia no daría mejor reflejo de lo que Montse expone. Básicamente porque las coincidencias son apabullantes.
Ahí se esconde el "TODO" de lo que se debe hacer, de lo que no se debe hacer, de a quien, de por quien, de como, de cuando, de todo al fin... Ahí está la causa de la responsabilidad que tenemos y que, la mayoría de las veces, desperdiciamos.
Un corto capítulo que casa perfectamente con lo que decía Lao-Tzu: "Si no tienes nada mejor que decir, calla." Y Montse no calla porque lo que dice es mucho mejor que lo que la mayoría calla.
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Montse, al hilo de la exposición de tus vivencias en el seno de la "charca ponzoñosa", deduzco que te han dejado cicatrices de las que no se ven pero se notan. Ahora las notarás mucho, pero si aplicamos ungüento de Fierabrás (léase apoyo HONESTO para la consecución de un buen fin), la regeneración, tanto la que tan bien diseñada tienes en las volutas de tus sesos, como la de tus sentimientos heridos, será un hecho constatable en el futuro (próximo, por favor).
Sólo recordárte algo que en cierta ocasión te comenté: El imperceptible filo de la navaja que separa el amor del odio. Ahora estás en el lado del amor, porque muchísimas personas comulgan con lo que dices y, lo más importante, te creen. Estás "preñada" de responsabilidad para con ellos. Ahora es el tiempo, el momento.
Si fallas en el intento te apoyaremos. Si fallas sin intentarlo, dejarás un mar de descreidos.
¿Vamos?
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